Parece que actualmente si no tenemos un coche, un móvil de última generación y no nos compramos ropa cada dos semanas no somos felices ni tenemos todo lo necesario para poder serlo.
Hemos llegado a un punto en el que aunque intentemos convencernos a nosotros mismos que no somos consumistas y que podríamos vivir en un mundo donde solo hubiesen flores, un lugar donde vivir y gente con la que relacionarnos.
No nos damos cuenta que ni un televisor de plasma, un ordenador de varios miles de euros o unas zapatillas deportivas de la marca más cara pueden contribuir a que nuestra especie y por tanto evolución siga adelante ya que son solo elementos materiales creados de la nada y por tanto si durante muchos años hemos podido vivir sin ellos ahora podríamos volver a hacerlo.
Lo cierto es que para poder vivir bien y felices solo nos hacen falta elementos como las flores y los insectos (para poder contribuir con la cadena alimenticia y no provocar un caos entre vegetales, animales y personas), algo de dinero para poder subsistir, salud y amor.
Y es que aunque nos creamos que lo que realmente nos gusta es lo más caro y lujoso lo cierto es que cuando llega un cumpleaños de un ser querido lo que regalamos son flores ya que además de ser un lindo presente demuestran cariño, afecto y gratitud hacia esa persona.
Estamos por tanto en una sociedad en la que por un lado tenemos claro que deberíamos ir hacia atrás y valorar un poco más los elementos naturales y básicos, por otro en una situación de comodidad que nos permite obtener casi cualquier cosa que deseemos y en una última que nos demuestra que lo más sencillo y natural es lo que en el fondo nos sigue agradando y recompensando.
Las flores son sin duda un elemento indispensable para nuestra vida y son las encargadas de permitir que nuestra especie siga adelante gracias a la ayuda de los insectos que transportan su polen de un lado a otro. Sin ellas no podríamos vivir ni demostrar nuestro amor a través de una sorpresa o una declaración con rodilla apoyada en el suelo incluida.
Por tanto es imprescindible que las tratemos y cuidemos como se merecen y debemos estar agradecidos aquellas personas que dedican su vida al cuidado de las plantas y las flores, ya que sin ellas no somos nada.
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